Los activistas contra el juego en el Reino Unido sostienen que la falta de regulación permite la proliferación de las apuestas, especialmente en línea. Esto ha provocado una espiral de da?os, adicción e incluso suicidio, sobre todo entre los jóvenes. Recientemente, varios diputados han pedido que se proteja a los ni?os del “bombardeo” de anuncios de apuestas en los campos de fútbol. Un estudio descubrió 7.000 mensajes sobre apuestas en vallas publicitarias, patrocinios de camisetas y anuncios de televisión en seis partidos del primer fin de semana de la temporada.

El sector del juego ingresa 15 mil millones de libras al a?o. Ahora, la atención se centró en la fundadora y consejera delegada de Bet365, Denise Coates, que recientemente causó revuelo tras pagarse a sí misma 271 millones de libras, a pesar de que el gigante del juego entró en pérdidas el a?o pasado. Sin embargo, el director general de la Comisión del Juego del Reino Unido, Andrew Rhodes, no se ve a favor de los ingresos. “La industria puede ganar todo lo que quiera siempre que sea de acuerdo con los objetivos de la licencia, si no se dirige a personas vulnerables, si no procede de la delincuencia o porque los términos y condiciones son injustos”, afirma.

El sector niega cualquier relación directa entre la publicidad deportiva y los perjuicios del juego. También se opone a los controles de asequibilidad, es decir, a que se revisen las cuentas bancarias de los apostantes en busca de indicios de problemas con el juego. Pero la estrategia del gobierno en materia de juego, esbozada el a?o pasado, quiere normas más estrictas. ?Cuál es la postura de Rhodes?

Nuestro objetivo es garantizar que la publicidad sea “responsable”, de modo que el juego no se presente como “una forma de resolver problemas, ganar dinero o aliviar el estrés”. “Pero es un tema difícil, como lo es el patrocinio deportivo”.

Equilibrio entre beneficios y bienestar público

Andrew Rhodes dijo en una entrevista con “This is Money” que él también tiene un interés personal en las apuestas y que se ha vuelto más profesional desde que asumió su cargo. A pesar de su cargo como supervisor de casas de apuestas, casinos, salones recreativos y la Lotería Nacional, afirma que disfruta apostando y que recientemente tuvo un poco de éxito en Cheltenham, con dos acertantes en la jornada inaugural.

Rhodes, de 56 a?os, no es un gran jugador, pero lleva mucho tiempo en esto. “Nunca me ganaré la vida con ello, pero tengo un éxito moderado”, afirma. Sin embargo, su cargo en la Comisión del Juego le ha impuesto varias restricciones. No puede jugar a la Lotería Nacional debido a su papel en la concesión y gestión de la licencia que la empresa checa Allwyn acaba de arrebatar a Camelot. Ni siquiera puede jugar en casas de apuestas o en máquinas tragaperras.

Mientras la industria del juego sigue cosechando beneficios, continúa el debate sobre la regulación y los posibles perjuicios que puede causar. Como responsable de la Comisión del Juego, Andrew Rhodes se encuentra en el centro del debate, encargado de equilibrar los intereses de la industria con la necesidad de proteger a las personas vulnerables. Su postura sobre la publicidad responsable y su oposición a que se regulen los beneficios del sector son un claro indicio de su enfoque de estos retos.

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